Más de 120 generales y almirantes retirados de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han enviado una carta a los líderes del Senado y de la Cámara de Representantes para emplazarles a "garantizar" que el presupuesto en Política Exterior se mantiene al "nivel" necesario para afrontar las "crecientes amenazas globales" que afronta el país.

"Emplazamos a garantizar que los recursos para el presupuesto de Asuntos Internacionales mantienen el ritmo frente a las crecientes amenazas globales y las oportunidades que afrontamos. Ahora no es el momento de la retirada", han afirmado los altos mandos retirados en su misiva, de la que han remitido copia al ministro de Defensa, James Mattis, y al titular del Departamento de Estado, Rex Tillerson.

La misiva llega después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara un "histórico" aumento del presupuesto de Defensa, que subirá en unos 54.000 millones de dólares, cerca de un 9 por ciento, un incremento que se detraerá de recortes por la misma cantidad global en otros ministerios y agencias gubernamentales.

El plan presupuestario de Trump podría conllevar un recorte de "hasta el 30 por ciento" del presupuesto del Departamento de Estado, según la Coalición de Estados Unidos de Liderazgo Global, la organización que ha hecho pública la misiva de los generales y almirantes retirados.

La carta está firmada por más de 120 generales encabezados por el general David Petraeus, exdirector de la CIA, y el general John R. Allen, que fue jefe de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), entre otros oficiales de alto rango retirados.

Los almirantes y generales (todos del rango de tres o cuatro estrellas, los más dos más altos rangos castrenses en Estados Unidos) han expresado en la carta su "fuerte convicción" de que es "crítico" "elevar y reforzar" la "diplomacia" y el "desarrollo" junto a la Defensa para mantener "seguro" a Estados Unidos .

"Sabemos por nuestra experiencia de uniforme que muchas de las crisis que nuestra nación afronta no tienen solo soluciones militares, desde la confrontación con grupos extremistas violentas como Estado Islámico en Oriente Próximo y el norte de África hasta la prevención de pandemias como el ébola y la estabilización de estados frágiles y débiles que pueden llevar a una mayor inestabilidad", han contado los altos mandos estadounidenses.

Tras recordar que en el mundo hay "65 millones de desplazados hoy", la mayor cifra desde la Segunda Guerra Mundial con "consecuencias que incluyen flujos de refugiados que amenazan a aliados estratégicos de Estados Unidos en Israel, Jordania, Turquía y Europa", los generales y almirantes han subrayado que el Departamento de Estado, la USAID y otras agencias de desarrollo son "críticas" para prevenir conflictos y "reducir la necesidad" de desplegar militares.

Los mandos castrenses han recordado que el propio James Mattis, actual secretario de Defensa, dijo en su etapa como jefe del Mando Central de Estados Unidos que si el Departamento de Estado no tenía fondos suficientes, necesitaría comprar "más munición".

En esta misma línea, han afirmado que las Fuerzas Armadas liderarán "en el campo de batalla" la lucha contra el terrorismo pero han subrayado que "se necesitan socios civiles fuertes en la batalla contra los factores impulsores del extremismo: la falta de oportunidades, la inseguridad, la injusticia y la desesperanza".