El enfrentamiento entre el presidente de EE UU, Donald Trump, y las agencias de inteligencia del país está lejos de dar signos de amainar. Responsables del espionaje están reteniendo informaciones sensibles para no comunicárselas a Trump, por temor a que sean filtradas o se vean comprometidas, según informó ayer el diario "The Wall Street Journal".

El rotativo, que cita como fuentes a un responsable de inteligencia en activo y a varios ex altos cargos, explicó que los responsables del espionaje han decidido quedarse informaciones -especialmente sobre métodos y fuentes- porque desconfían de los contactos del equipo de Trump con Rusia y por la enemistad que les está demostrando el magnate.

Los choques entre Trump y las agencias se iniciaron el pasado verano, cuando puso en duda las informaciones de inteligencia que atribuían a Rusia los ciberataques a los servidores del Partido Demócrata y al correo del jefe de campaña de Hillary Clinton. Trump renovó sus ataques cuando, a principios de año, un informe oficial atribuyó estos ataques a órdenes directas de Putin y a su voluntad de desestabilizar procesos democráticos occidentales.

El enfrentamiento se recrudeció en los últimos días a raíz de las filtraciones que desembocaron, esta semana, en la dimisión del consejero de Seguridad Nacional, general Mike Flynn. Trump acusó a las agencias de conspirar contra él y renovó estos ataques cuando el miércoles se divulgó que miembros de su campaña tuvieron contactos telefónicos durante casi un año con espías rusos. El presidente señaló a la NSA y al FBI.

Trump, que ha sufrido un duro golpe con la obligada renuncia de Flynn, está decidido a contratacar. Además de pedir al departamento de Justicia que investigue las filtraciones, estudia nombrar a un superinspector para que meta en cintura a las 16 agencias que forman la Comunidad de Inteligencia (CI). El diario "The New York Times" informó ayer que el magnate piensa para el cargo en uno de sus aliados, el multimillonario Stephen Feinberg, próximo al jefe de Estrategia de la Casa Blanca, Steve Bannon, quien hace unas semanas habría propuesto a Trump la idea de que Feinberg podría ser nombrado director de la CI.

El presidente compareció por la tarde en una rueda de prensa en la que, entre otros asuntos, abordó la actual crisis de la Casa Blanca. Trump afirmó que encontrará a los autores de las filtraciones que acabaron con Flynn y que "pagarán un precio elevado". Tras asegurar no estar al tanto de contactos de su campaña con espías rusos, se desmarcó de vinculaciones con Rusia: "No tengo préstamos en Rusia, no poseo nada en Rusia, no tengo acuerdos en Rusia", espetó.

A continuación se volvió contra los medios de comunicación -a los que lleva semanas calificando de "fracasados"- y denunció el tono de "odio" que percibe en algunos de ellos. Ayer cargó particularmente contra la CNN y descalificó a uno de sus redactores: "Ya nadie os cree", dijo.

El primer encuentro entre los responsables de las diplomacias de EE UU y Rusia, Rex Tillerson y Serguéi Lavrov, se produjo ayer. Marcada por el pragmatismo, la cita estuvo orientada a buscar un "terreno común" para el entendimiento y superar la actual situación de distanciamiento. Ambos mostraron su acuerdo en la necesidad de luchar contra el terrorismo islámico y su distanciamiento respecto a la situación en Ucrania.