El secretario de Seguridad Nacional de EE UU, general John Kelly, admitió ayer que la aplicación del veto migratorio a ciudadanos de países islámicos fue precipitada y generó "confusión", lo que constituye un reconocimiento de error que carece de precedentes en la joven administración Trump.

Kelly declaró ante un comité de la Cámara de Representantes que, "visto con perspectiva, y es del todo culpa mía, debería haber retrasado esto un poco para poder hablarlo con miembros del Congresoa".

Otro hecho sin precedentes, fue la necesidad de recurrir al voto de calidad del Vicepresidente, Mike Pence, para lograr que el Senado confirmase ayer a la candidata a secretaria de Educación, la multimillonaria Betsy DeVos, acérrima partidaria de la escuela privada.