El secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró ayer que el veto a los ciudadanos de ciertos países decretado por el presidente de EE UU, Donald Trump, viola "principios básicos" y debería ser eliminado. "Creo que estas medidas deberían ser eliminadas más bien pronto que tarde", declaró Guterres a los periodistas en la sede de Naciones Unidas.

El diplomático portugués aseguró que este tipo de acciones "no son efectivas si el objetivo es realmente evitar la entrada de terroristas en Estados Unidos". "Si una organización terrorista global va a intentar atacar cualquier país, como EE UU, probablemente no vendrá con gente con pasaportes de países que son hoy zonas de conflicto", dijo Guterres, quien recordó la sofisticación con la que operan estos grupos.

"Pueden venir con pasaportes de los países más desarrollados y creíbles del mundo o pueden utilizar a gente que ya está dentro del país y que en ocasiones ha estado allí por décadas", añadió.

Guterres llamó a evitar "medidas que alimenten la ansiedad y la ira", pues "ayudan a desencadenar los mecanismos de reclutamiento que estas organizaciones están haciendo en todo el mundo".

Por otra parte, los grandes grupos de la Eurocámara, incluidos populares y socialdemócratas, mostraron ayer su rechazo al nombramiento de Ted Malloch como embajador de EE UU ante la Unión Europea (UE) por sus declaraciones antieuropeas y reclamaron que los Gobiernos europeos se hagan respetar ante el socio estadounidense tras los ataques a los valores comunitarios.

El líder del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber, señaló que la UE "no puede acreditar a alguien como Malloch, que dice que el euro está en su recta final, que el 'brexit' es solo el principio del fin. Es imposible colaborar con alguien así".

Tanto Weber como su homólogo de los socialdemócratas, Gianni Pittella, reclamaron a la primera ministra del Reino Unido, la conservadora Theresa May, que no siga "la senda de egoísmo" de Trump de forma que el "brexit" se convierta en "un caballo de Troya para destruir la Unión Europea".

Los únicos "aliados" de Trump, ayer, en la Eurocámara fueron los grupos parlamentarios que lideran los euroescépticos Nigel Farage y Marine Le Pen, que defendieron que el nuevo presidente de EE UU cumpla sus promesas electorales y cierre sus fronteras por la seguridad nacional.