Oficialmente Los Republicanos, el partido conservador francés, no se ha pronunciado sobre la continuidad de su candidato presidencial, François Fillon, afectado por el escándalo de los supuestos empleos ficticios de su esposa. Sin embargo, ayer se hicieron oír, a título individual, las primeras voces de diputados derechistas que piden a Fillon que tire la toalla.

Los conservadores ven con pavor cómo Fillon ha pasado de encabezar con claridad (25%) las encuestas hace apenas una semana a bajar, según un sondeo difundido ayer por "Les Echos", al tercer lugar (19%), por detrás del socioliberal Emmanuel Macron (22%), segundo, y de la ultraderechista Marine Le Pen, primera (26%).

Macron, que en la segunda vuelta se impondría a la líder del Frente Nacional por 65% a 35%, según el citado sondeo, se ha convertido en el candidato favorito del Elíseo, después de que el ex primer ministro Valls resultase derrotado el pasado domingo en las primarias socialistas por el "izquierdista" Benoît Hamon.

Consciente de este giro del entorno del presidente Hollande, Fillon no duda en acusar al Gobierno de "golpe de Estado institucional" contra su persona y situarlo detrás de la información del semanario satírico "Le Canard Enchaîné" que destapó los supuestos empleos ficticios. El martes, la revista elevó de 500.000 euros a 900.000 euros las cantidades que el matrimonio Fillon habría obtenido ilegalmente.