Más de 70 países y organizaciones internacionales instan a israelíes y palestinos a retomar las negociaciones hacia la paz, que sólo se conseguirá con la solución de dos estados. Esa es una de las conclusiones de la conferencia clausurada ayer en París, en la que no hubo representación ni de Palestina ni de Israel, y cuyo objetivo principal era alentar el proceso de paz, que se encuentra estancado desde 2014.

En vísperas de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, una de las incógnitas de la conferencia es el modo en que su futuro gobierno gestionará o influirá en el proceso para acabar con el conflicto.

Auspiciada por Francia y con el respaldo de la ONU, la Unión Europea y la actual administración estadounidense, que envió a su secretario de Estado, John Kerry, el encuentro sirvió para dar un respaldo claro a la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino.

La conferencia, convocada por el presidente Francois Hollande, se clausuró con la declaración de los setenta países participantes en la que piden a israelíes y palestinos que retomen las negociaciones con el objetivo de alcanzar la solución de dos estados. En ausencia de los dos contendientes, el de ayer fue un apoyo simbólico pero para Francia tiene el valor de manifestar el amplio respaldo que entre la comunidad internacional genera la solución de dos Estados como salida a la crisis. "Todos los intervinientes han confirmado que es urgente preservar la solución de dos estados, la única viable y que está amenazada por el avance de la colonización (israelí en los territorios ocupados) y por la violencia", indicó el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, quien presidió la conferencia. No se trata, agregó, de sustituir a las dos partes en la mesa de negociación, sino de incitarles a retomarlas, sobre la base de las fronteras previas a la Guerra de los seis días de 1967 y en el marco de los acuerdos ya alcanzados en el pasado.

Frente al pesimismo reinante y ante las duras críticas de Israel a la reunión, el jefe de la diplomacia francesa aseguró que el de ayer fue "un paso adelante" hacia la consecución de la paz, "aunque sea pequeño". Negó además que se trate de doblar la mano de Israel para obligarle a negociar, tal y como denunciaba horas antes el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y aseguró que se trata de "una mano tendida" para que las dos partes lo hagan.

El ministro de Exteriores advirtió que si Trump cumple su promesa de trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén la decisión sería "una provocación" que "daría argumentos a los terroristas". "Sería una provocación de consecuencias extremadamente duras", aseguró el jefe de la diplomacia gala, quien alertó además contra "todo acto unilateral que complique la situación".

El secretario de Estado español de Exteriores, Ignacio Ybáñez Rubio, que encabezó la delegación española en la conferencia, destacaba ayer que la declaración alcanzada en la capital francesa advierte sobre cualquier iniciativa que "ponga en peligro" la solución de los dos Estados, por lo que instalar una embajada en una ciudad que ambos reconocen como propia sería "tomar partido por una de las partes".

La conferencia sirvió también para identificar puntos en los que la comunidad internacional puede "incitar" a las partes a negociar, espacios, espacios de inversión económica que se podrían desarrollar en el caso de que se alcance la paz.

Frente a la actitud combativa de Israel, El presidente palestino, Mahmud Abás, mostró su satisfacción por el resultado de la conferencia de paz de París, al considerar que "reafirma los principios del derecho y las resoluciones internacionales" para la creación de un Estado palestino con capital en Jerusalén este. Para Abás se trata de una confirmación de recientes acuerdos internacionales en la misma línea.