Rusia denunció ayer el hallazgo de fosas comunes con decenas de cuerpos mutilados y con disparos en la cabeza en Alepo, ciudad siria liberada la pasada semana por el Ejército sirio. El portavoz castrense Igor Konashenkov dijo que los cuerpos mostraban señales de "torturas salvajes y represalias".

"Por lo visto, esto es sólo el principio", agregó el general ruso. "Los resultados de la primera inspección de los barrios de Alepo abandonados por la llamada oposición pueden impresionar a muchos". Moscú ha denunciado en los últimos meses el asesinato de numerosos civiles que querían abandonar Alepo a través de los corredores humanitarios habilitados por el Ejército ruso a manos de los grupos armados que controlaban el este de Alepo. A su vez, Konashenkov informó sobre el hallazgo de siete almacenes con munición suficiente para armar a varios batallones de combatientes, así como tanques y cañones.

Entre tanto, el Ejército turco ha enviado a 500 soldados de las fuerzas especiales a Siria para acelerar su ofensiva contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en la ciudad de Al Bab, al norte del país, informa el diario "Yeni Safak". Según el rotativo, cercano al Gobierno islamista turco, el número de soldados desplegados alrededor de Al Bab asciende a unos 1.100. El opositor Ejército Libre Sirio (ELS), que lucha junto con las tropas turcas en el norte de Siria, también ha enviado a unos 1.400 combatientes adicionales a Al Bab, procedentes de Alepo, tras caer la ciudad en manos del Ejército sirio.