El Gobierno de Israel ha convocado a los embajadores de los países del Consejo de Seguridad de la ONU para censurarles su apoyo a la resolución que declaró ilegales las colonias judías, con la abstención de Estados Unidos, mientras la derecha nacionalista exige "anexionar" partes del territorio ocupado de Cisjordania.

Uno tras otro, los representantes de China, Francia, Rusia, Gran Bretaña, España (que preside el Consejo este mes), Egipto, Japón, Ucrania, Uruguay y Angola han ido visitando a sus interlocutores en el Ministerio de Exteriores en Jerusalén para una "reunión de clarificación", según fuentes diplomáticas consultadas por Efe.

El Ejecutivo español ha expresado hoy que la reciente resolución de la ONU que condena los asentamientos israelíes en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén es "equilibrada" y "busca favorecer la paz" entre las dos partes y ha afirmado que no considera que vaya "en contra" del gobierno israelí.

Han recordado que España, al igual que la comunidad internacional, considera que los asentamientos son "contrarios al derecho internacional" y "un obstáculo para la paz" y han aclarado que ha acudido Miguel Moro, encargado de negocios de la embajada de España, en sustitución del embajador, Fernando Carderera Soler,a la llamada a consultas convocada por el Gobierno de Israel.

Sobre los asentamientos, las fuentes reiteran la postura de España, que es la de su oposición a estos al considerar que "van en contra de la confianza necesaria para reanudar las conversaciones de paz" entre Israel y Palestina y "hacen inviable la solución de los dos estados". Asimismo, fuentes diplomáticas han destacado que España condena los actos de terrorismo en la región, así como cualquier "acto terrorista o incitación a la violencia".

Aprobada por catorce votos a favor, ninguno en contra y la crucial abstención de Washington, la resolución exige el cese "inmediato" y "completo" de los asentamientos judíos en el territorio ocupado de Cisjordania y Jerusalén Este e insiste en que la solución al conflicto de Oriente Medio pasa por la creación de un Estado palestino que conviva junto a Israel.

La resolución ha conducido a un choque frontal entre Israel y el presidente Barack Obama, al que Netanyahu ha acusado de "abandonar a su suerte" a Israel en una "resolución antiisraelí vergonzosa".

Hoy, en su acusación más explícita, el primer ministro dijo al comenzar la reunión semanal del Consejo de Ministros: "De la información que tenemos, no nos cabe duda de que la Administración Obama estuvo detrás de su gestación, la apoyó, coordinó su redacción y exigió su aprobación".

Horas antes el ministro de Medio Ambiente, Zeev Elkin, reveló que había constatado con las autoridades de Ucrania que Washington les exigió el voto a favor, cuando Kiev se inclinaba por la abstención.

Netanyahu llamó ayer a consultas a sus embajadores en Nueva Zelanda y Senegal y suspendió a este último país toda cooperación y ayuda financiera, una medida también aplicada a cuatro organismos de la ONU.

El ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, ordenó hoy al Ejército la suspensión de los contactos de carácter "civil y político" con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en una decisión que no afecta por ahora a la cooperación en materia de seguridad.

La resolución domina desde el viernes casi toda la agenda política israelí, con llamamientos como el del ministro y líder de un partido procolonización, Naftalí Bennet, para anexionarse las zonas C de Cisjordania, que representan algo más de la mitad del territorio palestino.

"Hay dos alternativas: rendirse o soberanía. Rendirse y ceder lo hemos intentado desde hace 25 años. Ha llegado el momento de pasar a la soberanía", afirmó en declaraciones que recoge Ynet.

Las zonas C, según los acuerdos de Oslo, son aquellas en las que Israel mantiene el control absoluto, mientras las A están bajo control de la ANP y las B son de control compartido.

Pero Netanyahu pidió hoy que se rebajen las demandas de anexión o construcción masiva en las colonias, dado el temor a una nueva resolución de la ONU, quizás acompañada de sanciones, antes de que Obama abandone la Casa Blanca.