La Unión Social Cristiana (CSU), el partido hermano de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, reclamó ayer al Gobierno un cambio en la política migratoria de corte aperturista tras el atentado en Berlín.

"Le debemos a las víctimas, a los afectados y a toda la población alemana repensar nuestra política migratoria y de seguridad y cambiarla", dijo el líder de la CSU, Horst Seehofer.

Por su parte, el líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, hizo un llamamiento a la unidad nacional: "Nuestra respuesta al odio es la cohesión, la prudencia y la determinación".

En 2015 Alemania recibió casi un millón de refugiados procedentes de los conflictos en Oriente Medio, Asia Central y el Norte de África. La CSU aboga desde hace tiempo por cerrar las puertas del país a los inmigrantes.

La misma política que defienden los populistas de ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD), que el lunes mismo culparon a Merkel de las doce víctimas del atentado. "Son los muertos de Merkel", dijo su eurodiputado Marcus Pretzell.