El autor del atentado de Berlín, en el que perecieron doce personas y 48 resultaron heridas -catorce de ellas de gravedad- al invadir un camión un mercadillo navideño, sigue huido mientras que el Estado Islámico reivindica la acción. "No sabemos si se trata tan solo de un único atacante, por lo que estamos altamente alarmados", reconocía ayer el responsable de la Oficina Federal de Investigación Criminal

La policía dejó en libertad en la tarde de ayer al único sospechoso, detenido poco después de los hechos. Pese a lo inquietante que resulta que permanezca en libertad un terrorista, la liberación del detenido horas antes de cumplir el plazo límite para su puesta a disposición judicial, alivió la presión sobre Angela Merkel, después de que la acción criminal sirviera para recrudecer las críticas sobre su política de asilo. El sospechoso era un joven paquistaní, cuya condición de refugiado haría "especialmente repugnante", según la canciller, la acción criminal en el centro de la capital alemana.

Berlín vivió ayer encogido las horas que siguieron a los hechos dramáticos de la noche del lunes en el mercadillo navideño que está al pie de la Gedächtniskirche, la iglesia del recuerdo, en una amplia zona comercial de la zona occidental de la ciudad. Mercadillos cerrados, fuerte presencia policial y banderas a media asta en señal de luto fueron la constatación del impacto del terror. Al menos seis de las víctimas mortales son alemanas. Del casi medio centenar de heridos trasladados a los hospitales, veinticinco permanecen ingresados, entre ellos un joven bilbaíno, estudiante con una beca "Erasmus" que se encontraba en la feria navideña con dos amigas.

A media mañana, la policía retiró del lugar del atentado el camión convertido en arma mortífera. En su interior no apareció "ninguna prueba de la presencia del sospechoso en la cabina", según reconoció la Fiscalía para dejar en libertad al joven de 23 años detenido como sospechoso. Pese a que testigos oculares vieron cómo el conductor del camión huía del lugar de los hechos, en su persecución hubo lagunas, según reconocen los investigadores, que facilitaron la huida del atacante. El sospechoso fue detenido por un coche patrulla a unos dos kilómetros del lugar del atentado, junto a la Columna de la Victoria, en el céntrico Tiergarten. El joven entró en Alemania el 31 de diciembre de 2015, supuestamente a través de la ruta de los Balcanes. Llegó a Berlín en febrero y residía en el albergue de refugiados instalado en uno de los hangares del antiguo aeropuerto de Tempelhof, que 250 policía registraron de madrugada sin encontrar pruebas incriminatorias. Fichado por delitos menores, la Fiscalía asegura que facilitó mucha información durante los interrogatorios, pero negó haber participado en el atentado. El ministro de Interior de Alemania, Thomas de Maiziere, apuntó que, pesar del revés policial, los investigadores "no están a ciegas" y trabajan ya sobre otras pistas.

Las primeras indagaciones apuntan a que el copiloto muerto en el interior de la cabina del camión es el camionero polaco que conducía el vehículo cargado de vigas de acero, del que su empresa no tenía noticias desde primera hora de la tarde del lunes. Sería otra de las víctimas del atentado y habría muerto a consecuencia de dos disparos, después de ser secuestrado para robarle el vehículo, según la investigación.

La Gedächtniskirche acogió anoche los actos en memoria de las víctimas en los que participaron las principales autoridades del país. Junto a la canciller Merkel, ocuparon los primeros asientos en el oficio religioso el presidente Joachim Gauk, destacados líderes políticos e institucionales. Era la segunda visita de Merkel a la zona del atentado, después de que a primera hora acudiera para depositar una flor blanca al igual que centenares de ciudadanos. La jefa del Gobierno alemán manifestó su rechazo a vivir "paralizados por el miedo ante el mal" y consideró "especialmente repugnante" la posibilidad de que tras el atentado se encuentre alguien que haya accedido al país aprovechando su controvertida política de admisión de refugiados. "Si retrocedemos, han ganado los enemigos de la libertad", manifestaba el ministro del Interior, quien pidió a sus conciudadanos que impidan a los autores de los ataques "destrozar" un estilo de vida, basado en la libertad y la convivencia. En un línea similar, el presidente de la República afirmó que "ahora estamos conmocionados, pero nuestras convicciones no deben quedar conmocionadas".

Frente al mercadillo arrasado hubo anoche también concentraciones ciudadanas en memoria de las víctimas, mientras la emblemática puerta de Brandenburgo se iluminaba con los colores de la bandera alemana.

Tras los sucedido en Berlín, todas las capitales europeas reforzaron desde las medidas de seguridad, en especial en las concentraciones habituales en estas vísperas navideñas. España mantiene el nivel 4 de alerta terrorista . "No nos debe obsesionar pero seguiremos trabajando para evitar cualquier situación de riesgo", aseguró el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.