El presidente electo de EE UU, Donald Trump, sorprendió ayer a la comunidad internacional al instar a China, a través de un mensaje en su cuenta de Twitter, a quedarse con el submarino no tripulado que capturó esta semana en el mar de la China Meridional. "Deberíamos decirle a China que no queremos el dron que nos robaron. Dejad que se lo queden", escribió el magnate estadounidense en un mensaje del todo inhabitual en el ámbito de las relaciones internacionales tanto por su tono como por ir a la contra de las gestiones que está haciendo el Gobierno de EE UU para recuperar el dron submarino.

Washington pidió el sábado al Gobierno chino pidió la devolución inmediata del submarino, a lo que China ha accedido aunque lamentando las dimensiones exageradas que, a su juicio, ha cobrado el incidente. "En este proceso hemos estado en permanente comunicación con Estados Unidos pero", explicó un portavoz del ministerio de Defensa, "la difusión unilateral y pública que le ha dado la parte estadounidense a esta situación ha sido contraproducente e inadecuada, cosa que lamentamos".

El episodio del dron submarino se suma a las tensiones en el referido mar por las islas Spratly, siete pequeños islotes que China ha unido para construir un archipiélago artificial en el que ha desplegado instalaciones militares. El gigante asiático se disputa la soberanía de esas aguas con varios vecinos regionales, que han denunciado el expansionismo territorial de Pekín. China ha advertido a Estados Unidos, que patrulla continuamente esas aguas, que no se mezcle en la disputa.

Trump ya elevó días atrás la temperatura de las relaciones con China al establecer contacto unilateral con las autoridades de Taiwán y anunciar que no está obligado a mantener el principio de "una sola China", que EE UU respeta desde la década de 1970. Pekín, que considera a Taiwán una provincia rebelde, respondió que respetar ese principio es requisito previo para mantener relaciones diplomáticas con China.

Entre tanto, cuatro senadores, dos republicanos y dos demócratas, pidieron ayer la creación de una comisión de investigación sobre los ciberataques rusos que, según la CIA, pretendieron interferir en la campaña de las elecciones presidenciales y condicionar el voto de los estadounidenses.

A la petición se ha sumado Schumer, el nuevo líder de la minoría demócrata en el Senado, que podría arrastrar a toda la bancada demócrata y a aliados republicanos, lo que pondría al Congreso en rumbo de colisión con Trump.