El muy controvertido presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte -promotor de una campaña contra el tráfico de drogas y los drogadictos que ya arroja un saldo de 6.000 muertos-, se expone a un proceso de inhabilitación por haber reconocido en un discurso que cuando era alcalde de la ciudad de Dávao mató a varios toxicómanos.

Eso, al menos, es lo que piensa el senador Richard Gordon. "Cuando dices algo como eso, te estás exponiendo, ¿verdad? Él lo dijo, así que legalmente puede enfrentarse a un proceso de inhabilitación", afirmó el legislador, quien, en cualquier caso, está "seguro de que (el presidente) sabría defenderse".

Gordon es un político independiente que suele apoyar las decisiones de Duterte.

Fue este lunes cuando el presidente filipino afirmó en público, antes de emprender una visita oficial a Camboya, que había matado a supuestos drogadictos y traficantes de drogas mientras era alcalde de Dávao. De las 6.000 muertes que acumula la guerra contra la droga de Duterte, más de 2.000 se registraron en operaciones policiales y el resto en ejecuciones extrajudiciales.