Rusia anunció ayer el fin de la ofensiva del Ejército sirio y sus aliados sobre Alepo tras haber recuperado el control de toda la ciudad, en medio de la indignación de las potencias occidentales, que denuncian una matanza sin precedentes en la ciudad.

"El Gobierno sirio ha establecido control sobre Alepo oriental", dijo el embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, en una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad.

Churkin agregó que las operaciones militares de las fuerzas progubernamentales se detuvieron ayer después de que se alcanzase un acuerdo para permitir la salida de la ciudad de los combatientes rebeldes que quedaban allí.

Alepo oriental ha sido objeto de un largo asedio por parte de las fuerzas del régimen de Bachar al Asad, que los últimos días lanzaron una nueva ofensiva que ha terminado por hacer caer este bastión de los rebeldes y brindar al Gobierno su victoria militar más importante desde el inicio de la guerra.

"Las muertes y heridos de civiles continúan a un ritmo brutal", denunció Ban, que dijo que la ONU tiene "informaciones creíbles" del asesinato de multitud de civiles en bombardeos y ejecuciones sumarias por parte de fuerzas progubernamentales.

Según la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, al menos 82 civiles, incluidos mujeres y niños, habrían sido ejecutados por esas fuerzas en cuatro distritos de la ciudad.