La UE y Cuba iniciaron ayer una nueva etapa con la firma de su primer acuerdo bilateral, que deja atrás 20 años de una política comunitaria restrictiva marcada por la llamada "posición común", impulsada en 1996 por el expresidente Aznar y que vinculaba cualquier avance bilateral a la democratización de la isla.

El acuerdo llega en un momento clave, pues coincide con la amenaza del presidente electo de EE UU de anular los acuerdos alcanzados por Washington y La Habana en el curso del proceso de normalización de relaciones iniciado en diciembre de 2014.

La representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, enfatizó que el acuerdo reconoce que "hay cambio en Cuba". El canciller cubano, Bruno Rodríguez, destacó que "seguramente contribuya a desarrollar vínculos políticos, sociales, financieros, académicos, deportivos y de cooperación".