Crece en EE UU la exigencia de abrir una investigación para dilucidar si son verdaderas las acusaciones lanzadas el viernes por la CIA sobre una injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales mediante ciberataques en favor del ganador, el republicano Donald Trump. Si el domingo numerosos senadores republicanos se mostraron a favor de crear una comisión bipartidista de investigación, ayer fue el líder republicano en la Cámara Alta, Mitch McConnell, quien la respaldó de modo explícito. Poco después, la Casa Blanca también dio su apoyo abierto.

El portavoz presidencial, Josh Earnest, resaltó que el presidente Obama ordenó la semana pasada a las agencias de inteligencia una revisión exhaustiva de los ataques cibernéticos contra el proceso electoral en el país, precisamente para recabar evidencias que puedan ser presentadas al Congreso.

Durante el fin de semana, Trump desacreditó como "ridículo" un informe de la CIA, que salió a la luz en el diario "The Washington Post", en el que se indica que esa y otras agencias de inteligencia han concluido que los ciberataques de Rusia no buscaban simplemente desestabilizar el proceso electoral de EE UU, sino ayudar al candidato republicano.

Sin embargo, Trump redobló ayer desde su cuenta de Twitter su rechazo a la posible interferencia de Rusia. "A menos que cojas a los piratas en el acto, es muy difícil determinar quién estaba haciéndolo. ¿Por qué no se sacó este tema durante las elecciones?", afirmó Trump.

Trump, que ayer conversó por teléfono durante 20 minutos con el presidente Rajoy, más de un mes después de la elección, tiene abierto otro frente más desde este fin de semana: China. Tras haberse ganado los parabienes de Pekín con el nombramiento del gobernador de Iowa, Terry Branstad, como el próximo embajador en Pekín, unas declaraciones poniendo en duda la política de "una sola China" le han vuelto a enfrentar al gigante comunista.

Si el principio, admitido por EE UU, por el que Pekín insiste en que se le reconozca como único Gobierno de China y se considere a Taiwán una provincia rebelde "se ve comprometido o interrumpido, el crecimiento estable de las relaciones entre China y EE UU no será posible", afirmó un alto portavoz oficial.