El Partido Republicano y el presidente electo de EE UU, Donald Trump, discreparon ayer sobre la verosimilitud del informe de la CIA que concluye que Rusia interfirió en la campaña presidencial en favor del magnate. Espoleados por la revelación de que los ciberataques también se dirigieron contra ellos -aunque solo saliera a la luz información sobre los demócratas-, los republicanos del Senado y sus rivales acordaron "trabajar juntos para alcanzar soluciones que nos defiendan".

Trump, mientras tanto, tachó de "ridícula" esta versión. "Si no les pillas con las manos en la masa, no tienes idea de si es Rusia, China o alguien tirado en una cama en alguna parte".