Más de cien personas murieron este sábado en el sureste de Nigeria en el derrumbe de una iglesia evangélica durante un servicio religioso en el que se consagraba a un nuevo obispo, según informaron hoy fuentes médicas.

El siniestro se produjo en la ciudad de Uyo, capital del estado de Akwa Ibom, situado en la región petrolífera del Delta del Níger,

Según detallaron hoy medios locales, el templo pertenecía a la Reigners Bible Church International y estaba lleno de feligreses que asistían a la celebración.

"He podido ver más de 100 cadáveres. Si pudimos salir vivos fue solo por la gracia de Dios", ha dicho al diario Punch una superviviente.

La portavoz de la Policía, Cordelia Nwawe, aseguró a EFE que ha podido confirmar al menos 27 muertos y más de 30 heridos, que han sido atendidos en distintos hospitales de la zona.

Supervivientes de la tragedia y vecinos de Uyo consideran "conservadoras" las cifras oficiales, ya que solo tienen en cuenta las muertes certificadas por los médicos.

"Un médico dijo que al menos 50 muertos fueron trasladados al hospital en el que él trabaja", dijo a EFE un vecino de Uyo, que no quiso identificarse.

Más cuerpos de fieles fallecidos podrían estar soterrados entre los escombros.

Dos grúas de una empresa privada de construcción han sido utilizadas para despejar de escombros el lugar de los hechos, que continúa acordonado por la Policía y en el que los servicios de emergencia siguen trabajando.

Numerosos curiosos se han agolpado en las inmediaciones del templo para no perder detalle de las labores de rescate de una tragedia que ha conmocionado a Nigeria.

Dos días de luto oficial

El gobierno del estado de Akwa Ibom ha decretado dos días de luto oficial para recordar a las víctimas, ha afirmado su portavoz, Ekerete Udoh, en un comunicado.

Entre quienes han salido ilesos del derrumbe se encuentra el propio gobernador del estado, Udom Emmanuel, que ha declarado en televisión haber supervisado personalmente las labores de rescate y la evacuación de los heridos.

El gobernador Emmanuel ha prometido investigar las causas del siniestro para evitar más incidentes de este tipo en el futuro.

Al menos un ayudante del político y varios dirigentes de su administración han fallecido bajo los escombros, según la prensa nigeriana.

Según las primeras informaciones, recogidas por la prensa local, la finalización de las obras en el recinto -que tiene capacidad para unas 10.000 personas- se había precipitado para poder utilizar el templo para la ceremonia del sábado.

El presidente del país, Muhammadu Buhari, ha expresado al gobernador su "profundo dolor" por la tragedia en nombre de todo el país.

El consejo de iglesias pentecostales de Nigeria ha pedido a todas sus congregaciones que recen por las víctimas y donen medicamentos y dinero para tratar y ayudar a quienes han salido vivos de la tragedia.

"Los miembros de las iglesias que puedan hacerlo deben donar también sangre en los hospitales", ha declarado su presidente, Sylvanus Ukafia.

El derrumbe de edificios es un fenómeno corriente en Nigeria, achacado habitualmente al uso de materiales de poca calidad y a las carencias en la supervisión de las obras.

En uno de los peores siniestros de este tipo que se recuerdan, el derrumbe de una popular iglesia evangélica en Lagos provocó en septiembre de 2014 más de un centenar de muertos, la mayoría de ellos peregrinos sudafricanos.

Iglesias evangélicas como la Reigners Bible Church International son muy populares en Nigeria y otros países africanos. Sus pastores tienen en ocasiones cientos de miles de seguidores y congregan en sus servicios a miles de fieles.