El Parlamento de Corea del Sur aprobó ayer con más de dos tercios de los votos la destitución de la presidenta del país, Park Geun-hye, implicada en el grave escándalo de corrupción de la "Rasputina coreana". La pelota cae ahora en el tejado del Constitucional, donde al menos 6 de sus 9 jueces deben dar el visto bueno a la decisión en un máximo de 180 días. En todo caso, la presidenta será desposeída inmediatamente de todos sus poderes, desde el control del Ejército hasta el derecho a veto o la política exterior. Park ha sido señalada por los fiscales como "cómplice" de su amiga Choi Soon-sil, quien creó una red para recaudar y apropiarse decenas de millones de dólares de grandes empresas, mediante extorsión o a intercambio de favores.