La decisión de considerar al excandidato presidencial Mitt Romney para el puesto de secretario de Estado ha abierto una brecha en el equipo de transición de Donald Trump, que está "enfurecido" por las críticas hechas por su jefa de campaña Kellyanne Conway, para quien esa elección supondría "traicionar" a sus votantes. El círculo de los más estrechos colaboradores del magnate temería que Conway esté "impulsando su propia agenda en lugar de trasladar el mensaje del presidente electo".