Al menos 39 personas, entre ellas 17 yihadistas del Estado Islámico (EI), murieron ayer en enfrentamientos desatados en la ciudad iraquí de Kirkuk tras un ataque sorpresa del grupo islamista en respuesta a la ofensiva desencadenada el pasado lunes por Irak, los kurdos, Estados Unidos y otras fuerzas aliadas contra Mosul, la principal plaza del EI en el país. En los choques también perdieron la vida al menos cinco miembros de las fuerzas de seguridad y un periodista.

Los yihadistas tomaron el control de varias comisarías de Policía de Kirkuk, ciudad de unos 600.000 habitantes situada a unos 170 kilómetros al sudeste de Mosul, y anoche seguían presentes en algunos edificios del centro. También perpetraron varios ataques suicidas contra una planta eléctrica de la localidad de Al Dabs, al noroeste de Kirkuk, donde fallecieron 16 trabajadores, cuatro de ellos iraníes, además de tres de los terroristas.

En la vecina Siria, Rusia decidió, de acuerdo con el régimen de Damasco, prolongar la "pausa humanitaria" decretada en la ciudad de Alepo otras 24 horas más, hasta las siete de la tarde de hoy (hora local, una hora menos en España). Rusia acusó a los yihadistas locales de impedir la salida de civiles y la llegada de la ayuda humanitaria.