Turquía anunció ayer que su aviación de guerra participará en los bombardeos de la ofensiva para arrebatar Mosul al Estado Islámico (EI). La operación arrancó el lunes con el concurso de tropas iraquíes y "peshmergas" kurdos apoyados desde el aire por Estados Unidos, que encabeza la coalición internacional en la que Ankara se encuadra.

La participación turca en la ofensiva está levantando ampollas en Irak, especialmente por la presencia de sus instructores en la ciudad de Bashiqa, en la región autónoma del Kurdistán iraquí. Ankara cuenta con permiso del Gobierno local, que en la práctica opera como independiente, pero Bagdad desaprueba la presencia de tropas kurdas en su suelo, y las primeras protestas no se han hecho esperar.

Sin embargo, el lunes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió que su país estaría "en la operación y en la mesa" de negociaciones, y dejó muy claro no se hará "responsable de las consecuencias" si el Ejército iraquí intenta expulsar al EI de Mosul sin contar con Ankara.

El anuncio de la participación de los cazas turcos lo hizo el primer ministro del país, Binali Yildirim, que aprovechó para defender el papel que Ankara está jugando ya en la ofensiva.

"Las que están ahora mismo en primera línea son las milicias que nosotros hemos entrenado en Bashiqa", que participan "en la operación junto a los 'peshmerga' (las fuerzas regulares del Kurdistán iraquí autónomo)", dijo Yildirim.

El presidente de EE UU, Barack Obama, confió en que el EI salga derrotado de Mosul, pese a que reconoció que la batalla para reconquistas la segunda ciudad de Irak será "difícil". Además, el mandatario admitió que hay personas "huyendo de sus hogares" y "habrá un desplazamiento significativo".

La ONU se declaró en alerta máxima pero sin fondos suficientes, aclaró, para hacer frente una "larga y compleja" crisis humanitaria como consecuencia de la liberación de Mosul, una campaña que reiteró que puede provocar "una catástrofe".

Sobre una catástrofe humanitaria de "gran magnitud" alertó también Rusia. La portavoz de la Cancillería, María Zajarova, destacó que la zona en torno a Mosul es "tierra quemada" y recordó las acusaciones vertidas contra Rusia por el sufrimiento de los civiles debido a las bombardeos contra la ciudad siria de Alepo.

"¿Quién se hará responsable de la población civil, que simplemente quiere abandonar ese lugar?", se preguntó.

Por su parte, el eurocomisario de Seguridad, Julian King, alertó de que la ofensiva sobre la ciudad iraquí puede llevar a combatientes del EI a regresar a la Unión Europea. En una entrevista con el diario alemán "Die Welt, King precisó que no es de esperar que la caída de Mosul lleve a un "éxodo masivo de combatientes del EI hacia Europa", pero subrayó la necesidad de estar preparados ante ese "serio riesgo".

Entre tanto, en Siria, la ciudad de Alepo vivió un día de respiro de los bombardeos y disparos de artillería gracias al cese de los ataques por parte de la aviación rusa y el Ejército sirio.