Rusia anunció ayer que pedirá al Gobierno de Damasco que permita salir de la ciudad de Alepo a los yihadistas del antiguo Frente al Nusra (rebautizado como Frente para la Conquista de Levante), para así evitar la destrucción de los barrios rebeldes de la ciudad, en los que viven 250.000 personas.

La idea fue expuesta el jueves por el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, y recogida ayer por las autoridades de Moscú. "Si el Frente al Nusra se retira con las armas hacia Idlib, donde se encuentran sus fuerzas más importantes, estamos dispuestos a apoyar esa idea con tal de salvar Alepo, y a pedir al Gobierno sirio que la acepte", explicó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. En su petición del jueves, De Mistura cifró en un millar los yihadistas cercados en los barrios rebeldes de Alepo.

La Duma (cámara baja del parlamento ruso) ratificó ayer el acuerdo que autoriza el despliegue indefinido de las fuerzas militares rusas en Siria, firmado el pasado agosto entre Moscú y el régimen de Damasco. Rusia comenzó sus ataques aéreos en Siria en septiembre de 2015 y desde entonces no ha dejado de reforzar su presencia en el país. Esta misma semana ha desplegado misiles antiaéreos S-300 en su base naval de Tartús, la única que tiene en el Mediterráneo, mar en el que opera un número creciente de sus navíos.

Se calcula que unas 4.000 personas han perdido la vida en los bombardeos rusos, de los que un 42% son civiles. EE UU calificó ayer de "necesaria" una "investigación de los crímenes de guerra cometidos por Moscú y Damasco en Alepo, donde, añadió, se ha seguido una "estrategia de aterrorizar civiles", comenzando por destruir los hospitales.