El Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC se reafirmaron ayer en su voluntad de alcanzar la paz, a pesar de que el Acuerdo de La Habana fue rechazado el domingo en referéndum. En una consulta con sólo un 37,28% de participación, los partidarios del "no", capitaneados por el expresidente Álvaro Uribe, se impusieron con el 50,21% de los votos, lo que representa una diferencia a su favor de menos de 54.000. Un resultado sorpresa que dejó con el pie cambiado a la comunidad internacional.

Tras difundirse los resultados del escrutinio -en una consulta que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, convocó sin tener obligación legal alguna de hacerlo- ambas partes manifestaron su voluntad de continuar el proceso que conduce a la paz, estableciendo las modificaciones que sean precisas.

"No me rendiré, seguiré buscando la paz hasta el último día de mi mandato, porque ese es el camino para dejarles un mejor país a nuestros hijos", proclamó. Santos resaltó que "el alto el fuego seguirá vigente, porque todos los colombianos, sin excepción, quieren la paz", al tiempo que anunció que la delegación gubernamental viajará de inmediato a La Habana para reunirse con los delegados de las FARC.

Desde las filas de la guerrilla, el máximo líder de las FARC, Timoleón Jiménez, "Timochenko", afirmó en La Habana que esa organización mantiene "su voluntad de paz" "y su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro". Horas más tarde, Timochenko negó cualquier validez jurídica a la consulta, aunque admitió que tiene "efectos políticos".

La primera medida de Santos fue convocar una reunión con todos los grupos políticos, a la que el Centro Democrático del expresidente Uribe decidió no asistir. Los líderes políticos expresaron su respaldo a Santos: "Todos los partidos afectos al 'sí' estamos reunidos y aclaramos lo siguiente: respaldamos al presidente Juan Manuel Santos en su propósito de alcanzar la paz", declaró a la prensa el presidente del Congreso, Mauricio Lizcano.

Tras su desmarque, Uribe, cuyo enfrentamiento con Santos, su antiguo ministro de Defensa, viene de lejos, se arrogó el papel de coprotagonista de la nueva fase. Su partido, el Centro Democrático (CD), propuso que Santos y Uribe decidan juntos el camino a seguir, mediante representantes que sienten las bases para un diálogo nacional. Un portavoz autorizado del Centro Democrático consideró indispensable la formación del tándem porque, en su opinión, el Gobierno habría perdido la legitimidad para renegociar en solitario y el CD carece de los canales institucionales para articular un nuevo diálogo con las FARC. Entre tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confió en que "Colombia continúe sus esfuerzos".