En medio de la ofensiva sobre Alepo lanzada por el régimen sirio, los ataques contra dos hospitales en el este de la ciudad elevaron ayer un punto más la tensión entre EE UU y Rusia en torno a la guerra en el país árabe. La ofensiva sobre Alepo ha causado la muerte de un centenar de niños desde el viernes, según Unicef.

Esos ataques, de los que las potencias occidentales responsabilizan a Damasco y Moscú, se produjeron solo horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU, en una cita ya prevista, se reuniese para discutir la proliferación de las agresiones contra instalaciones y personal médico. El encuentro sirvió una vez más para que las partes se cruzasen acusaciones y para que la ONU reiterase la necesidad de hacer algo para detener el sufrimiento de los sirios. "Imaginen un matadero. Esto es peor. Incluso un matadero es más humano. Hospitales, clínicas, ambulancias y personal médico en Alepo son atacados sin pausa", denunció el secretario general de la organización, Ban Ki-moon, ante los miembros del Consejo.