La detención de exministro brasileño Antonio Palocci, uno de los hombres más influyentes en los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), estrechó ayer aún más el cerco de la Justicia sobre la formación de los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.

Palocci fue detenido en su residencia de São Paulo acusado de recibir millonarios sobornos a cambio de intervenir en ambas administraciones para defender los intereses de la constructora Odebrecht.

Su arresto se produjo tan sólo cuatro días después de la detención de Guido Mantega, otro influyente ministro en ambos Gobiernos, que fue acusado de aprovecharse de su cargo para pedir sobornos para el PT, todo ello en vísperas de las elecciones locales de este domingo.