Rusia habría desplegado en los últimos días 3.000 soldados en torno a Alepo para reforzar a las fuerzas gubernamentales en su lucha contra las unidades rebeldes. La información fue difundida ayer por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), organización próxima a los rebeldes sostenidos por EE UU.

Según el OSHD, cuyos comunicados suelen gozar de elevada aceptación, muchos de estos efectivos han sido enviados a la zona de Al Safira, en el sureste de Alepo, a la espera de unirse a la lucha contra los rebeldes y contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Entre tanto, sigue coleando el ataque aéreo que el lunes destruyó un convoy de ayuda de la ONU y la Media Luna Roja siria. Rusia aseguró que un dron de EE UU procedente de Turquía sobrevolaba la zona del bombardeo, si bien evitó atribuir responsabilidades directas. Moscú pidió una investigación "imparcial" del ataque, cuya autoría ha sido achacada por EE UU a aviones rusos o sirios.

La ONU, que el martes suspendió todas sus operaciones de ayuda humanitaria en respuesta al ataque, anunció ayer que se encuentra lista para reanudarlas "tan pronto como sea posible". El anuncio se hizo sobre un fondo de reproches cruzados entre Rusia y EE UU, potencias que, sin embargo, intentan resucitar la tregua expirada a medianoche del pasado domingo. Los bombardeos continuaron ayer sobre Alepo y otras zonas, causando la muerte de decenas de personas, entre ellas cinco trabajadores de un centro sanitario del sur de la provincia de Alepo. Por su parte, el EI anunció el derribo de un avión gubernamental, confirmado por Damasco.