Alemania arrestó ayer a tres solicitantes de asilo sirios por su presunta relación con el Estado Islámico (EI), alegando que tenían vínculos con los terroristas de los ataques del 13-N en París y constituían probablemente una "célula durmiente", según el ministro del Interior, Thomas de Maizière.

Dos meses después de unos ataques que conmocionaron a Alemania, el país se enfrenta de nuevo al terrorismo yihadista. El Gobierno sospecha que los tres arrestados, con edades entre 17 y 26 años, pueden tener algún tipo de contacto con los responsables de los ataques terroristas de París del pasado noviembre que dejaron 130 muertos y provocaron decenas de heridos, y cuyo epicentro estuvo en la sala de conciertos Bataclan.

Los investigadores sospechaban que los detenidos viajaron para "llevar a cabo un encargo de la organización o para estar preparados para recibir instrucciones", según un comunicado de la Fiscalía Federal, instancia que ha asumido el caso por tratarse de un presunto delito de "colaboración con un grupo terrorista extranjero".

"La conexión con lo que sucedió en Francia es lo que hace de este caso algo tan especial. Tenemos que confirmar si se trata de una relación individual o si hay una gran red detrás, pero esto demuestra que el Estado Islámico no tiene únicamente como objetivos a Francia, Alemania, Italia, Reino Unido o Bélgica sino a Occidente al completo", aseveró De Maizière.

La Fiscalía señaló que uno de los sospechosos, Mahir al H., se unió al Estado Islámico en septiembre de 2015 y que recibió explosivos y armas durante su entrenamiento en Raqqa, bastión de los milicianos en Siria.

En octubre, tanto Al H. como Mohamed A. e Ibrahim M., los otros dos detenidos, viajaron a Europa después de haber afirmado su lealtad al Estado Islámico, que dotó a cada uno con más de 1.000 dólares (889.000 euros), varios teléfonos móviles y pasaportes. Los tres ciudadanos sirios pasaron por Turquía y Grecia antes de llegar Alemania en noviembre de 2015, el momento más álgido de la crisis de inmigración.