El alto el fuego en Siria pactado por Estados Unidos y Rusia entró ayer en vigor y propició una calma relativa en todos los frentes, con algún ataque que otro en el sur del país, y un temor e incertidumbre más que justificados por la promesa hecha por el presidente, Bachar al Asad, durante una visita a la ciudad de Daraya, reconquistada recientemente por su Ejército, donde, horas antes del comienzo de la tregua, amenazó con volver a tomar el control de todo el país.

"El Estado sirio tiene la determinación de retomar todas las regiones (en manos) de los terroristas", dijo el presidente. "Hemos venido aquí (en referencia a Daraya) para reemplazar la falsa libertad por la verdadera -agregó-, que comienza con el retorno de la seguridad, continúa con la reconstrucción y acaba con una decisión nacional independiente".

La Comandancia Suprema de las Fuerzas Armadas sirias anunció a las 18.00 horas el inicio del alto el fuego; eso sí, advirtió que responderá con todo tipo de armas a las violaciones de la tregua que cometan los numerosos grupos que combaten en el país.

La situación de calma relativa fue confirmada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Según confirmó a "Efe" el director de la ONG, Rami Abderrahman, los únicos ataques que documentó su grupo tras el inicio de la tregua fueron el disparo de proyectiles de mortero en Deraa y Al Quneitra, en el sur.

Además del Ejército sirio, se comprometió a respetar la tregua la Coalición Nacional Siria (CNFROS), principal alianza política opositora, y el Ejército Libre Sirio (ELS), que "actuarán de forma positiva" respecto al cese de las hostilidades.

La CNFROS es el principal componente de la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), la más importante coalición de organizaciones políticas y militares de Siria, que aún no se ha pronunciado sobre la tregua.

El acuerdo entre EE UU y Rusia prevé siete días sin hostilidades, incluyendo un parón total de todas las operaciones de combate y los bombardeos aéreos.

Tras esos siete días, Washington y Moscú prepararán ataques coordinados contra posiciones del Frente de la Conquista del Levante y del Estado Islámico (EI).