El candidato republicano Donald Trump desmintió ayer en Phoenix (Arizona) las expectativas creadas en las dos últimas semanas sobre la posibilidad de suavizar sus planes migratorios. "Construiremos un gran muro a lo largo de la frontera y México lo pagará. Al cien por cien. Ellos todavía no lo saben, pero lo van a pagar", dijo en la presentación de su plan ante un auditorio que pudo comprobar cómo sigue fiel a las ideas que le hicieron ganar las primarias. El plan establece una división entre nueve millones de indocumentados "buenos", que pueden ser expulsados en cualquier momento, y otros dos millones de "criminales", que serán deportados de inmediato.

La presentación del plan de Trump llegó horas después de su regreso de un viaje a México en el que se entrevistó con el presidente Peña Nieto, quien se defendió de las críticas por recibir al magnate afirmando que trató de crear un "primer espacio de diálogo".