Paul Manafort, el jefe de campaña del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, presentó ayer su dimisión, días después de que se le vinculara con el partido ucraniano y prorruso del presidente depuesto Víktor Yanukóvich, que le habría pagado durante seis años casi 13 millones de dólares. El diario "The New York Times" publicó que esos pagos a Manafort, entre 2007 y 2012, aparecen en los libros de contabilidad secretos del Partido de las Regiones, investigados por la Oficina Anticorrupción en Kiev.

Además, el periódico aseguró que entre las transacciones dudosas hay un acuerdo por 18 millones de dólares para vender activos de una televisión a un consorcio montado por Manafort y el oligarca ruso Oleg Deripaska, cercano al presidente ruso, Vladímir Putin. Esta nueva revelación, apareció dos días después de que el magnate neoyorquino remodelara su equipo para la recta final de la campaña, que ahora dirigirán Kellaunne Conwan y Stephen Bannon.

Manafort, conocido asesor que en el pasado trabajó con el dictador filipino Ferdinand Marcos, se había unido a la campaña en marzo pasado, tres meses antes de la dimisión del hasta entonces responsable de operaciones, Corey Lewandowski, por sus relaciones "hostiles" con la prensa y por el malestar de algunos miembros del partido. "Esta mañana Paul Manafort me ha ofrecido su dimisión y yo la he aceptado", dijo Trump en un comunicado, en el que agradeció el "gran trabajo" realizado por su director.

Horas antes, el candidato mostró su "arrepentimiento" por algunas de las cosas que ha dicho "en caliente" durante la campaña, especialmente las que han causado "dolor personal", en clara alusión a su ataque a los padres, musulmanes, de un soldado caído en Irak. El magnate lanzó estas sorprendentes declaraciones durante un acto en Carolina del Norte. "A veces, en caliente y hablando sobre multitud de temas, uno no escoge las palabras acertadas. Yo he hecho esto y, lo crean o no, me arrepiento de ello", aseveró. Además, justificó su temperamento en que "no es un político" de carrera, sino alguien "que ha dedicado toda su vida a hacer negocios".

Sin embargo, la campaña del aspirante republicano publicó ayer su primer anuncio televisivo para las elecciones generales con una crítica a las políticas de inmigración de su rival demócrata. "En los Estados Unidos de Hillary Clinton, el sistema permanece amañado contra los estadounidenses", dice el narrador de la alocución. "Los refugiados sirios nos inundan. Los inmigrantes ilegales condenados por la comisión de delitos pueden quedarse, se benefician de la Seguridad Social, cruzando la línea. Nuestra frontera está abierta, que es más de lo mismo, pero peor", añade.