Irán ha ejecutado en la horca al científico nuclear Shahram Amirí, acusado de divulgar secretos a los Estados Unidos, y de esta forma ha puesto fin a una oscura historia de espionaje y engaño relacionada con el polémico programa nuclear iraní.

Amirí, nacido en 1977, desapareció durante un peregrinaje a La Meca en 2009 y reapareció un año después en EE UU. El científico denunció haber sido secuestrado por la CIA, que le puso bajo "una intensa presión psicológica para revelar información clasificada", según manifestó en unas grabaciones que se supone que hizo mientras estaba en EE UU.

"Me llevaron a una casa que no conocía", dijo Amiri en el vídeo, "y me dieron una inyección anestésica". En un segundo vídeo, Amiri afirmó haber "escapado de la CIA" y regresó a Teherán a 2010 como un héroe, pero fue detenido poco después. Un tribunal sentenció que había estado colaborando con Estados Unidos todo el tiempo.