Para eliminar de la Administración a los simpatizantes de Fethullah Gülen "es imprescindible reestructurar el Estado y las Fuerzas Armadas", dijo ayer el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, durante un discurso difundido por la cadena "NTV". Ankara responsabiliza a la cofradía de Gülen, que describe como "Organización Terrorista Fethullah Gülen (FETÖ), del abortado golpe de Estado del 15 de julio, aunque el predicador, exiliado en EE UU, lo niega.

"Todo céntimo entregado a la FETÖ es una bala que se carga en un arma para dispararla contra el pueblo. No perdonaremos a quienes financien este plomo", remachó Erdogan. El líder otomano aseguró que los detenidos hasta ahora "son sólo la punta de iceberg" y apuntó hacia la rama empresarial de la congregación apestada: "Estamos decididos a cortar todos los ingresos, todos los sistemas, todos los lazos de esta organización de manos ensangrentadas en el mundo empresarial", prometió Erdogan.

Un tribunal de Estambul emitió entre tanto una orden de arresto contra Gülen en la que se contemplan cargos como "intentar derrocar al Gobierno" o "privar a los ciudadanos de su libertad mediante el uso de la fuerza" e, incluso, "intentar asesinar al presidente". Por otro lado, dos magistrados del Tribunal Constitucional fueron apartados de sus funciones acusados de "gülenistas".

También ayer se conoció que el presidente ruso, Vladímir Putin, se reunirá con Erdogan el 9 de agosto en San Petersburgo para tratar la situación en Siria y la normalización de las relaciones.

Asimismo, John Kerry, el secretario de Estado de Estados Unidos visitará Turquía a finales de este mes.

Comisión Europea

En Europa, el jefe del Gobierno austríaco, Christian Kern, deslizó la idea de que la UE debería dar por acabadas las negociaciones de adhesión con Turquía, que calificó de "ficción diplomática", a lo que la Comisión respondió diciendo que es un proceso "abierto", sin fecha, y que requiere el consenso de todos los socios y el respeto de Turquía a los Derechos Humanos.