Autoridades sirias apoyadas por la aviación rusa recuperaron ayer el control de un barrio al norte de la ciudad de Alepo y abrieron cuatro corredores humanitarios en la parte oriental de la población, controlada por la oposición y asediada por el Ejército. Helicópteros castrenses arrojaron panfletos con mapas donde se indica el lugar por el que las personas que deseen abandonar ese área pueden salir.

Sin embargo, dos ONGs, Amnistía Internacional y Human Rigths Watch, reclamaron la medida "insuficiente" y recordaron a Siria y a Rusia que la apertura de los corredores no les exime de evitar bajas civiles en ataques "contra aquellos que permanecen" en la ciudad.

La toma del norte de Alepo coincidió con la medida anunciada por el presidente sirio, Bachar al Asad, que ordenó ayer un indulto para los combatientes rebeldes que entreguen sus armas y se rindan a las autoridades. El mandatario emitió un decreto que estipula el perdón total para "aquellos que lleven armas y estén huidos de la justicia si se rinden y las entregan" en un plazo de tres meses desde la publicación del texto.

Asimismo, también coincide con la ruptura del Frente al Nusra con su organización madre, Al Qaeda. Al Nusra comunicó ayer que continuará combatiendo en Siria bajo la denominación "Frente de la Conquista del Levante" sin depender de la matriz que dirige Ayman al Zawahiri, quien con anterioridad, había dado libertad para romper con ella si eso beneficiaba a la yihad.