El sacerdote Jaques Hamel, de 86 años, murió ayer degollado durante el secuestro de la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, en Normandía, por parte de dos supuestos terroristas del Estado Islámico (EI) que fueron abatidos por la policía.

El presidente de la República, François Hollande, habló con el papa Francisco para expresarle "el dolor del pueblo francés" por el asesinato del sacerdote y le aseguró que "se hará todo por proteger las iglesias" Francisco, por su parte, envió un telegrama a la Diócesis de Ruán y "se une al sufrimiento de las familias, el dolor de la parroquia".

El asalto a la iglesia comenzó a las 9.45 de la mañana cuando se encontraban en misa dos feligreses (uno de ellos herido grave) y dos monjas. Una tercera religiosa, la hermana Danielle, pudo escapar dando la voz de alarma sin que los asaltantes, que entraron durante la eucaristía decididos a asesinar al sacerdote, se percataran. "Le obligaron a ponerse de rodillas, intentó defenderse y es cuando comenzó el drama", relató la testigo que también explicó que los asesinos grabaron un vídeo de sus crueles acciones dentro de la iglesia. El sacerdote, octogenario, estaba jubilado y ayudaba en las labores de la parroquia.

El operativo de la Brigada de Investigación e Intervención duró una hora hasta que los secuestradores fueron abatidos cuando salieron de la iglesia por motivos que se desconocen. Los terroristas portaban armas blancas, una pistola "inoperativa" y un dispositivo "falso" que hicieron pasar por una bomba, según indicaron fuentes policiales. Un varón de 17 años fue detenido en el marco de la operación que continúa abierta.

El Fiscal General, François Molins, confirmó que uno de los asaltantes, Adel Kermiche, de 19 años y natural de Normandía, estaba fichado por la policía y había sido encarcelado en prisión preventiva en 2015, cuando fue abortado en Turquía su segundo intento de unirse al Estado Islámico en Siria. Sin embargo, en marzo de este año quedó libre, controlado desde entonces por un brazalete electrónico. Molins añadió que "la identificación del segundo asaltante está en curso".

Hollande aseguró desde el lugar de los hechos que los dos autores eran "terroristas que reivindicaron pertenecer al EI". Este nuevo capítulo de violencia relacionada con la organización yihadista se produce en medio de las fuertes críticas que ha recibido el Gobierno por las medidas de seguridad previstas en Niza durante la noche del 14 de julio cuando murieron asesinadas 84 personas. Hollande apeló a "estar juntos", en un mensaje dirigido a "todos los franceses" y advirtió que el EI ha declarado una "guerra que hay que librar por todos los medios".

Tras las palabras del Presidente, la agencia Amaq, vinculada al Estado Islámico, confirmó que los dos terroristas eran "soldados" de esta organización.

Esta es la primera vez que un sacerdote es asesinado en Francia por terroristas, aunque se habían frustrado varios planes de ataques a iglesias.