Ali David Sonboly, señalado por la Policía alemana como el único autor del tiroteo indiscriminado del viernes en Múnich, era un estudiante germano-iraní de 18 años que pudo haber actuado -o eso piensa la Policía- inspirado por la masacre de Utøya (Noruega), perpetrada por el ultraderechista Anders Breivik el 22 de julio de 2011, hizo anteayer exactamente cinco años.

Las autoridades creen que el terrorista, que tras abrir fuego se suicidó, fue víctima de un ataque de locura, puesto que ya en el pasado había padecido algún tipo de trastorno depresivo y seguía a tratamiento. Sin embargo, hasta el momento no se han hallado elementos que lo relacionen con el terrorismo yihadista. Y tampoco tenía antecedentes penales.

El balance del ataque de Múnich, que empezó en una hamburguesería situada enfrente del centro comercial Olympia, es de 10 muertos (incluido el tirador) y 21 heridos. Tres de los fallecidos son turcos y otros tres kosovares, confirmaron las autoridades de Ankara y Pristina. En cuanto a las edades, tres tenían 14 años y dos, 15. Las otras cuatro víctimas tenían 17, 19, 20 y 45 años. Todos eran de Múnich y sus alrededores. Como Sonboly.

En el registro del domicilio donde el terrorista vivía con sus padres y su hermano, situado en el céntrico barrio de Maxvorstadt, los investigadores encontraron libros y artículos sobre matanzas masivas, entre ellas la de la isla de Utøya, pero ningún rastro de inspiración yihadista.

Uno de los libros hallados en el apartamento se titula "Amok, por qué matan los estudiantes". (Según el DRAE, la palabra "amok", entre los malayos, significa "ataque de locura homicida".) Además, los medios germanos aseguran que el tirador de Múnich tenía en un pedestal la acción de Tim Kretschmer, un adolescente de 17 años que en 2009 irrumpió armado en su antiguo colegio, en Winnenden (suroeste), mató a 15 personas y después se suicidó.

Relación con Breivik

Por todo ello, el jefe de la Policía de la capital bávara, Hubertus Andrä, consideró que la relación entre lo ocurrido el viernes y la masacre de Breivik en Oslo y Utøya, que se saldó con un total de 77 muertos , "es obvia". Con todo, admitió que no hay indicios que apunten a que el ultra noruego fuera el inspirador del ataque del germano-iraní, opinión que más tarde suscribió el ministro de Defensa, Thomas de Maizière.

Tras el tiroteo, el joven se alejó del centro comercial y se quitó la vida con la misma pistola con que había matado a 9 personas, una nueve milímetros con la numeración borrada. En la mochila hallada junto a su cadáver había cargadores con 300 balas.

El aspecto más macabro de la matanza, que aún está siendo investigado, es que Sonboly, muy aficionado a los videojuegos violentos, pirateó el perfil de Facebook de otra persona para invitar a sus conocidos a acercarse al lugar donde iba a perpetrar el tiroteo. Al parecer, el perfil pirateado es el de una chica, Selina Akim. El asesino escribió a sus amigos en la red social para que acudieran a las cuatro de la tarde al centro comercial Olympia. Prometía invitar "a algo, pero no demasiado caro". Algunos se dieron cuenta de que se trataba de un engaño. Pero otros no. Y acudieron.