Donald Trump asumió la candidatura republicana a la presidencia de Estados Unidos, con un discurso digno de película distópica. "En esta carrera por la Casa Blanca, yo soy el candidato de la ley y el orden", proclamó el pasado jueves. El miércoles, hasta Ted Cruz, su rival en las primarias, se había prestado para el papel de villano al no brindarle públicamente su apoyo.

El magnate inmobiliario, presentado en el escenario por su hija Ivanka, una figura decisiva en su campaña porque lo acerca al votante por valores familiares o religiosos, pintó un cuadro oscuro de EE UU. "Nuestra convención ocurre en un momento de crisis en nuestra nación", subrayó con tono autoritario y toda la parafernalia de banderas, globos y proclamas rodeándole. "Los ataques a nuestra policía -prosiguió- y el terrorismo en nuestras ciudades amenaza nuestra forma de vida".

En su carrera hacia la nominación Trump ha echado por tierra las reglas de la política convencional. En su discurso también se erigió en "la voz" de la "olvidada" clase trabajadora, esa "gente que trabaja duro, pero que ya no tiene una voz". A su vez, confirmó la propuesta sobre la que ha pivotado toda su campaña, la construcción de un muro en la frontera con México. "Vamos a construir un gran muro para poner fin a la inmigración ilegal, para acabar con las pandillas y a la violencia, para impedir la entrada de droga", subrayó el multimillonario.

Trump también abogó por suspender "inmediatamente" la inmigración de los países afectados por el terrorismo yihadista hasta que EE UU aplique un sistema de "escrutinio riguroso".

No faltaron los ataques a su virtual rival en las elecciones. "El legado de Hillary Clinton no tiene que ser el de EE UU. Los problemas a los que nos enfrentamos ahora -pobreza, violencia en casa, muerte y destrucción en el extranjero- continuarán siempre que mantengamos las mismas políticas que los crearon", aseguró Trump, que arremetió contra Clinton por ser un "títere" de "los grandes negocios, la élite mediática y los grandes donantes", además de representar un "sistema trucado".

En política exterior afirmó que quiere "poner a EE UU primero". "Americanismo, no el globalismo, será nuestro credo", advirtió. Asimismo, el candidato reiteró su postura acerca de la cláusula de autodefensa de la OTAN. "Recientemente dije que la OTAN estaba obsoleta, porque no cubría de manera apropiada el terrorismo y porque muchos de los países no pagan la parte justa. Como siempre, EE UU ha estado pagando el coste", explicó.