"Me enteré bastante tarde. Estaba leyendo tranquilamente en la residencia de estudiantes en la que vivo y llegó mi compañero de habitación y me lo dijo. Entonces miré el teléfono y tenía millones de llamadas perdidas. Hablé con mis padres y ya me puse a mirar información por internet, aunque la red se caía constantemente", relató Jorge Braña, arqueólogo residente en Antalya (Turquía), sobre el fallido intento de golpe de estado del jueves.

Pese a que asegura no haber pasado miedo, Braña sí reconoció que los del jueves fueron momentos "de inquietud". "Las primeras horas fueron muy confusas, porque no se sabía qué lado tenía más apoyos. Además, la televisión pública (TRT) dejó de informar desde el principio y vi en directo cómo los militares se llevaban de los platós a los periodistas de la CNN Türk", explicó este joven de 27 años que lleva tres en el país árabe con una beca de posgrado del Gobierno turco.

Aunque en las principales ciudades del país la gente se echó a la calle para defender la legitimidad del régimen democrático, Braña no pudo sumarse a las protesta contra el levantamiento, debido a las restricciones horarias de su residencia universitaria. "El centro cierra de once de la noche a seis de la mañana, por lo que no pudimos participar. Me llamó mucho la atención que sobrelas siete de la mañana recibiera un mensaje en mi teléfono del Gobierno turco que decía: 'Esperamos que todo el pueblo salga a las plazas en favor de la democracia y el interés nacional'", contó Braña.

Tras la intentona golpista, aseguró que las gentes de Antalya hacen "vida normal", si bien "el ambiente está enrarecido". En la residencia de estudiantes, el arqueólogo convive con numerosos estudiantes turcos, entre los que, afirmó, no conoce a ninguno "que haya apoyado el levantamiento". "Entre los militares sí me consta que había numerosos apoyos, pero entre mis conocidos no hay ninguno. También es cierto que, en estos casos, una vez fracasada la tentativa, es difícil que alguien reconozca el apoyo a los castrenses", afirmó.

"La gente rechaza totalmente que se cometan atentados, como también hay bastante oposición al Gobierno, al menos en las grandes ciudades". Esta frase la pronunció Irene Álvarez, madrileña, que en mayo regresó de Ankara, donde realizó prácticas unos meses en la embajada española. Pero también Ignacio Blanco, de 21 años y que acaba de volver de cursar el Erasmus en Izmir, traslada la misma opinión. "La gente dice que el intento de golpe de Estado lo pudo ordenar el propio presidente para luego paralizarlo y acumular más poder de cara a los ciudadanos", aseguró.

Irene Álvarez vivió dos atentados durante su estancia en Ankara. "La situación allí es muy inestable y siempre se está esperando a ver qué ocurre. Los atentados que yo viví allí fueron de grupos terroristas kurdos, por el conflicto en el kurdistán, y no tenían nada que ver con la religión. Siempre hay que esperar un tiempo a ver por qué ha sido y quién lo reivindica, pero de lo que dice el Gobierno no te puedes fiar porque tampoco sabes si es verdad o no", relató. "Pero lo que no me esperaba era un intento de golpe de Estado", aseguró.

"Cada vez que hay un atentado las redes sociales dejan de funcionar y la información, que siempre es controlada, se censura aún más. Los ciudadanos saben lo que pasa, pero sólo se cuenta justo lo que dice el Gobierno. Estando yo allí cerraron un medio de comunicación porque no les gustaba lo que contaba. Los que no tienen acceso a medios internacionales sólo saben lo que quieren las autoridades", dijo Álvarez.

Ignacio Blanco intentó contactar con compañeros y amigos en la ciudad de Izmir y pese a sus esfuerzos a duras penas consiguió confirmar que estaban bien pero "las noticias no eran claras, había confusión general y nadie sabía muy bién lo que pasaba", aseguró. Este joven asegura que en el año que pasó en Izmir no tuvo miedo "en ningún momento. Es una ciudad muy europeizada, con un alto nivel de vida". Pero la cosa es distinta cuando uno se adentra en el país. "A 50 kilómetros el nivel de formación y de información es escaso . Es otra cosa". Aún así, Blanco aseguró que "la gente rechaza los atentados y a los terroristas, y en las grandes ciudades no gusta el presidente. Me dijeron que si ha sido un intento de golpe de Estado,seguro que es una jugada suya, que él mismo lo ordenó para luego pararlo y ganar más poder".