Las autoridades que investigan el tiroteo del jueves en Dallas no descartan todavía de plano que el autor de los disparos, Micah Xavier Johnson, tuviera algún cómplice, pero a día de hoy la creencia es que el reservista de 25 años, veterano de Afganistán, actuó solo, guiado por su odio "a los blancos" e indignado por la violencia policial contra la comunidad negra, la suya.

El Ejército dio de baja al joven tras haber sido denunciado por una soldado que le acusó de abuso sexual y recomendó que recibiera "ayuda para la salud mental", reveló ayer el diario "The New York Times". La soldado pidió en 2014 una orden de protección y el Ejército inició el proceso para dar de baja a Johnson con una distinción que no fuera "honorable", explicó al rotativo Bradford Glendening, el abogado militar asignado para representar al agresor.

En abril de 2015, Johnson volvió de Afganistán al área de Dallas y comenzó a interesarse por organizaciones y grupos de afroamericanos con tintes racistas, según las pesquisas del Times.

El joven perpetró la matanza con el objetivo de "matar a personas blancas, especialmente a agentes blancos". Eso es lo que les dijo a los negociadores policiales que intentaban convencerle de que se entregara, antes de morir por la explosión de una bomba que la Policía envió adosada a un robot al estacionamiento en el que se había atrincherado, un recurso insólito fuera de zonas de guerra. Expertos y fabricantes coinciden en que esta es la primera vez que usa un robot de este tipo para una operación civil que terminó con la muerte de una persona en EE UU.

La Policía de Dallas registró el viernes la casa de Johnson y encontró material para la fabricación de bombas, chalecos antibalas, fusiles, municiones y un diario personal sobre tácticas de combate.

Mientras tanto, las protestas contra la violencia policial continúan por todo el país. Y es que nuevos casos han venido a unirse a los dos que precedieron a la masacre perpetrada por el reservista, un "demente" que no representa a la comunidad negra de EE UU, en palabras de Barack Obama. Dos policías de Houston (Texas) mataron a un hombre que les apuntó con su pistola en medio de una calle.