La oposición venezolana completó hoy la última jornada para la validación de las firmas requeridas para iniciar la solicitud de un revocatorio del mandato de la Presidencia de Nicolás Maduro, doblando la cuota exigida por el Poder Electoral para pasar a la segunda y penúltima fase del referendo.

"A pesar de todo, lograron validar su firma 409.313 patriotas venezolanos", informó en rueda de prensa Henrique Capriles, el principal promotor del referéndum.

Con esta cifra, que aún no han sido confirmada por el Poder Electoral, la oposición aguarda a que la próxima semana las autoridades establezcan los plazos para la segunda etapa del proceso, que es la activación de revocatorio, y que consistirá esta vez en la recogida de unas 4 millones de firmas, que equivalen al 20% del censo electoral.

El balance fue ofrecido por el ex candidato presidencial junto a los dirigentes de la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD) al concluir la última de las cinco jornadas permitidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para validar las firmas con las que los opositores respaldan el primero de los tres pasos para lograr convocar la consulta para revocar el mandato presidencial.

"Fueron derrotados y van a seguir siendo derrotados, y cada vez que tengamos que apelar a la voluntad de nuestro pueblo van a ser revocados porque aquí el gran perdedor de la jornada de hoy es Nicolás Maduro Moros", dijo Capriles.

El CNE dio a los opositores cinco días para que acudieran a los centros de validación para certificar al menos 194.729 firmas, equivalentes al 1 % del censo electoral, para superar la primera fase.

Para llegar a este paso los opositores entregaron casi dos millones de firmas que luego fueron sometidas a un proceso de verificación que excluyó por distintos motivos más de 600.000 rúbricas, entre ellas la del propio Capriles.

Aunque la oposición superó con creces el número exigido por la autoridad electoral no logró validar ni la mitad de las 1,3 millones de firmas que estaban verificadas.

Capriles reiteró hoy la denuncia de que el CNE puso obstáculos a este proceso, como la disposición de solo 300 máquinas en todo el país para la validación, lo que, según sus cuentas, hacía "imposible" que todos lograran validar su rúbrica en solo cinco días, sin embargo, insistió en su certeza de que el referendo se concretará.

Maduro, por su parte, insistió hoy en apoyar el diálogo nacional con la oposición ya que, a su juicio, es la única vía para recuperar la estabilidad del país.

Un día antes, la Organización de Estados Americanos (OEA) discutió el jueves en Washington la situación del país caribeño en una sesión del Consejo Permanente en la que el presidente del Parlamento venezolano, el opositor Henry Ramos Allup, intentó participar.

"A pesar de la aberración extremista de la oposición venezolana de solicitar la intervención de Venezuela, a pesar de la aberración extremista del señor Ramos Allup, como jefe de la derecha venezolana, de irse a hacer el ridículo a Washington, yo ratifico (...) toda mi voluntad para que se dé el diálogo nacional facilitado por Unasur para la paz", dijo.

En un discurso ofrecido durante un acto militar para conmemorar la fecha de una batalla de la guerra independentista de Venezuela, Maduro agregó que está comprometido "con el diálogo nacional para buscar el respeto, la paz y la soberanía permanente" de su país.

Para Maduro, lo ocurrido en esa sesión en Washington fue una "victoria", pese a que su país perdió la votación con 12 votos frente a 20 para pedir la suspensión del debate del informe, una petición solicitada por su canciller, Delcy Rodríguez, al inicio de la sesión.

El infructuoso intento de Ramos Allup de participar en la sesión de la OEA para exponer su postura de la crisis venezolana, da muestras, dijo Maduro, de "su intención en buscar la intervención extranjera en Venezuela, y entregarle el mando de la riqueza y la política al imperio norteamericano rapaz".

Ramos Allup no tenía autorización del Gobierno de Venezuela de participar en la sesión de la OEA, y aunque había asegurado que acudiría con o sin permiso, finalmente observó la sesión desde un monitor dentro de la sede de la organización.

El diputado opositor aseguró hoy que decidieron "pasar agachados adrede para no entorpecer la decisión que tambaleó al régimen".