El Gobierno británico del primer ministro David Cameron advirtió ayer de que un triunfo de la salida de la UE ("Brexit") en el referéndum del próximo día 23 se traducirá en más impuestos y en recortes sociales, en particular en Sanidad y Educación, para hacer frente a un "agujero negro" de 30.000 millones de libras (unos 38.000 millones de euros).

Ante el continuo avance en las encuestas de las posiciones de los partidarios del "Brexit", el ministro de Economía británico, George Osborne, lanzó lo que ha sido considerado una amenaza en toda regla a los votantes tentados de impulsar la salida de la UE. "La realidad es que la economía sufrirá un golpe", dijo el ministro, quien añadió que es su "responsabilidad" alertar sobre las consecuencias de la salida. Osborne estimó que el "Brexit" provocaría una caída de la inversión y, por consiguiente, de las contrataciones, lo que representará un severo varapalo para la población.

El exministro laborista de Economía Alistair Darling, en un acto conjunto con Osborne, previó que las consecuencias se sentirán durante décadas. Osborne desgranó del siguiente modo el plan de choque previsto por el Ejecutivo de Cameron: un recorte equivalente a 3.250 millones de euros en el Servicio Nacional de Salud, una reducción de otros 1.560 millones en Defensa y una bajada del gasto en Educación de 1.299 millones. El plan prevé, además, subir el IRPF, así como los impuestos sobre el alcohol y los carburantes.

Tras la advertencia del ministro, 57 de los 244 diputados conservadores firmaron una declaración conjunta en la que calificaron de "increíble" que Osborne lance a la ciudadanía este tipo de amenazas. El rechazo fue pleno en el seno de los laboristas, cuyo líder, Jeremy Corbyn, anunció la oposición parlamentaria de su grupo a un eventual presupuesto de emergencia, que, pese a gozar de mayoría absoluta, los "tories" tendrían dificultades para sacar adelante dadas las defecciones en su seno.

Mientras en tierra se libraba esta batalla, las aguas del Támesis registraban un desfile de barcos de pesca, congregados por el eurófobo UKIP, cuyo líder Nigel Farage, preguntado por el panorama después de un "Brexit", aseguró: "No tengo absolutamente ni idea" de lo que pueda pasar.