La Policía de la ciudad de Santa Mónica (California, EE UU) detuvo ayer a un hombre que portaba armas de asalto y posibles explosivos y que planeaba ir al Desfile del Orgullo Gay de Los Ángeles, informó el alcalde de esta ciudad, Eric Garcetti.

Garcetti aseguró que las autoridades angelinas no ven una conexión entre este arresto y la matanza de Orlando. "Quiero que todos los que están aquí sepan que estamos seguros y estamos protegidos. Nuestros agentes están aquí", señaló el alcalde en el comienzo del desfile.

Garcetti no dio más detalles, pero el diario "Los Ángeles Times", citando fuentes de las fuerzas de seguridad, indicó que la Policía de la ciudad californiana de Santa Mónica halló rifles de asalto, munición y posibles explosivos en un automóvil situado en el cruce de Olympic Boulevard y la Calle 11, a primera hora de la mañana de ayer.

En ese vehículo, con matrícula del estado de Indiana, se encontraba un individuo, que aseguró estar esperando a un amigo y que comentó que estaba en la ciudad para ir a la celebración del Orgullo Gay.

En el coche, los agentes también encontraron una cantidad indeterminada de tannerite, una sustancia que puede ser empleada para fabricar explosivos caseros.

La alarma causada por el atentado contra el club Pulse se extendió también a otros dos estados. La Policía de Nueva York puso en estado de alerta las unidades de patrulla y antiterroristas, "a la espera de las informaciones que se vayan produciendo".

La Policía de Washington también reforzó la seguridad en el Festival del Orgullo Gay de la capital federal, que congrega cada año a miles de homosexuales, informó la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no dudó en calificar como "un acto de terrorismo y un acto de odio" el tiroteo en el club homosexual de Orlando. "Estamos unidos en el dolor, la indignación y la determinación para defender a nuestra gente", afirmó Obama, visiblemente afectado, en una declaración desde la Casa Blanca.

El tirador "era una persona llena de odio y en los próximos días descubriremos por qué y cómo sucedió esto", indicó el mandatario, que subrayó que se trata del "tiroteo más letal en la historia" de Estados Unidos, en una declaración efectuada después de reunirse con el director del FBI y sus asesores en materia de seguridad nacional.