Demócratas y republicanos estadounidenses disputaron ayer elecciones primarias en cinco Estados situados en la Costa Este del país: Pensilvania, Maryland, Connecticut, Rhode Island y Delaware. Se trata del penúltimo "supermartes" del carrusel, a falta ya tan sólo del que el próximo 7 de junio llevará las urnas a California -la joya de la corona- y a otros cuatro estados, cinco en el caso de los demócratas.

Lo curioso, en días en los que la prensa mundial acaba de sufrir la revulsiva descarga de los "papeles de Panamá", es que uno de los Estados en juego ayer era Delaware, el principal de los paraísos fiscales de EE UU, seguido de lejos por Nevada, Wyoming y Dakota del Sur.

Con una superficie equivalente al 60% de la asturiana, Delaware es el segundo Estado más pequeño de EE UU, aunque es conocido como el "primer Estado", por haber sido el primero en firmar la Constitución, en 1787. Delaware está poblado por alrededor de un millón de personas pero, dadas sus facilidades de todo tipo para constituir empresas, tiene registradas unas 900.000 sociedades, exentas de tributar por todos aquellos ingresos obtenidos fuera del límite estatal, lo que les permite ahorrarse, como poco, 10.000 millones de dólares al año.

Entre ellas figuran compañías tan conocidas como Apple, American Airlines, Walmart, Coca-cola o Bank of America. Pero también algunas menos conocidas del gran público, que sin embargo sí que ha oído hablar de sus propietarios: Trump y Clinton.

La exprimera dama y favorita para la nominación presidencial demócrata registró en febrero de 2013, según informó ayer el diario londinense "The Guardian", la sociedad ZFS Holdings LLC, en la que depositó 16 millones obtenidos en pago a conferencias y ventas de libros. Hacía pocos días que había dejado la secretaría de Estado.

En cuanto al magnate Trump, siempre según la misma fuente, tiene registradas en Delaware 378 de las 515 sociedades que figuran a su nombre, entre otras, la propietaria de su célebre torre neoyorquina.

Tanto Trump como Clinton se presentaron a las urnas de Delaware arropados por unas encuestas que daban al magnate un 37% de ventaja sobre el gobernador de Ohio, John Kasich, y un 40% sobre el senador texano Ted Cruz. La ventaja de Clinton sobre el izquierdista Sanders era más moderada (7%), por lo que no se excluye que las urnas, cuyos resultados definitivos no se conocerán hasta esta mañana, arrojen sorpresas. Si estas no se producen, Trump está llamado a embolsarse los cinco Estados, que reparten 172 delegados para la convención de julio.

En el bando demócrata, la ventaja de Clinton sobre Sanders, como viene siendo habitual, era menos nítida. Con todo, debería imponerse en Pensilvania y Maryland, mientras que la situación en Connecticut (5,6%) y Rhode Island (2,5%) resultaba mucho más imprevisible.