El 26 de abril de 1986 a la 1:20 de la madrugada explotaba el reactor 4 de la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania. En ese momento, todas las barreras de seguridad de la planta saltaron por los aires y con ellas el reactor, que quedó totalmente destruido. La intensidad de la explosión desintegró en segundos sus 2.000 toneladas de peso y sus 30 metros de altura. Los restos de la explosión volaron más de kilómetro y medio.

El estallido sorprendió a los habitantes de Prípiat, una ciudad de 50 mil habitantes que se levantó en los años 70 para albergar a los trabajadores de la central. Familias enteras fueron evacuadas rápidamente, dejando atrás sus casas y enseres bajo los efectos de la nube radiactiva.

En la zona cero de la tragedia quedaron los batallones militares, encargados de retirar los escombros radiactivos. Oficialmente, 260.000 personas adquirieron en Ucrania el estatus de "liquidadores". Así se denominó a los "robots humanos" que trabajaron expuestos a los restos nucleares. No obstante, se calcula que en total 800.000 personas participaron en las tareas de desescombro. Entre ellos, destacaron bomberos, mineros y otros profesionales que contribuyeron en esas primeras horas y semanas a paliar las consecuencias de la catástrofe. El coste de estos trabajos fue, en muchos casos, su propia vida. Se calcula que el 75% de los miembros de estas brigadas murieron en los años posteriores a la explosión de Chernóbil.

Los muertos de Chernóbil

Calcular la cifra de muertos producidos por el accidente en la central nuclear de Chernóbil es complicado. Las cifras oficiales hablan de 31 personas fallecidas, en los momentos inmediatos a la explosión. En las semanas próximas, se habla de un registro de 50 muertos más y 300, en los meses siguientes. En total, se cifra en 25.000 el número de personas que han perdido la vida como consecuencia de la catástrofe de Chernóbil.

Estos datos son muy relativos ya que hay que tener en cuenta que como consecuencia del accidente nuclear se diagnosticaron, aproximadamente, 93.000 casos de cáncer.

Las muertes de Chernóbil

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Las pérdidas humanas que ocasionó Chernóbil aumentan si se tienen en cuenta los suicidios registrados en la zona tras la tragedia. Se habla de que un 20% de las muertes registradas podrían haberse tratado de suicidios.

Las malformaciones y abortos son otras de las trágicas consecuencias de la radiación en el área de Chernóbil.

Una zona devastada

Un reflejo de los efectos de Chernóbil, 30 años después, es la devastación y desolación reinante en Prípiat. Edificios vacíos, maleza o animales salvajes campando entre los restos de lo que en su día fue una animada ciudad componen la dramática estampa de la zona.

Hay que tener en cuenta que el desastre es el único accidente que, hasta la fecha, ha sido registrado con el nivel 7 de alerta nuclear. La explosión liberó tres toneladas de material radiactivo, con lo que liberó 100 veces más radiación que las bombas nucleares de Hiroshima y Nawasaki.

Esta potencia hace que los expertos calculen que la zona acumulará restos de contaminación durante, al menos, 500 años más.

Sobrevivir a la tragedia

A pesar de las críticas sobre la gestión de los efectos del accidente nuclear de Chernóbil - hay quien dice que cuando los niveles de radiación suben, se apagan los radiómetros - hoy en día unas 5.000 personas viven en la ciudad.

La mayoría de estos ciudadanos son los encargados de trabajar en la construcción de un nuevo sarcófago para guardar los restos radiactivos. Esta nueva estructura está presupuestada en 1.500 millones de euros y debería estar lista en 2018.