La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, busca in extremis los apoyos necesarios para evitar que dos tercios de la Cámara de los Diputados voten hoy a favor de la apertura de un juicio político para destituirla. Rousseff apeló ayer, sobre todo, a los parlamentarios indecisos con un artículo en el diario "Folha de São Paulo" en el que advierte que la historia hará el "juicio definitivo" del papel de los involucrados en la crisis y "honrará la biografía" de quienes voten en contra de su destitución.

"Quien defiende la democracia nunca se arrepiente. La democracia es siempre el lado correcto de la historia", sentencia la mandataria, que reitera que el proceso de destitución es un "golpe" de Estado porque las acusaciones en su contra no tienen base legal y ella es "inocente" de las maniobras contables realizadas por el Gobierno en 2014 y 2015.

Así las cosas, Rousseff se enfrascó en un intenso cabildeo y se reunió en su residencia oficial con líderes de los partidos que están divididos o indecisos ante la decisiva votación de hoy.

El objetivo del oficialismo es evitar que la oposición sume 342 votos favorables a la destitución, cifra que supone dos tercios de la Cámara y que, en el caso de alcanzarse, enviaría el proceso al Senado, donde el juicio político se celebraría formalmente.

Para concentrarse en la caza de votos, Rousseff canceló su participación en un acto convocado para este sábado por los movimientos sociales que la apoyan y que están acampados en la capital administrativa, Brasilia.

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, padrino político de Rousseff, aseguró que la mandataria resistirá en el cargo y "no se matará", como hizo el expresidente Getulio Vargas en 1954 ante presiones de los militares, ni se exiliará como hizo João Goulart tras el golpe de Estado de 1964.

Más de un centenar de legisladores tienen cuentas pendientes con la justicia o están bajo investigación. Pero cinco partidos de la oposición denunciaron a la mandataria por un supuesto intento de "compra de votos". Argumentan que Rousseff intenta convencer a los diputados por Amapá de que voten a su favor con un decreto, firmado el viernes, en el que cede a ese Estado la titularidad de casi todo su suelo.