Arabia Saudí recortó ayer las prerrogativas de la Organización de la Promoción de la Virtud y la Lucha contra el Vicio, más conocida como Policía religiosa o de la moral. El decreto del Gobierno prohíbe a sus agentes detener a ciudadanos, vigilarlos o pedirles sus documentos de identidad, y asigna esta función en exclusiva a fuerzas de seguridad o antinarcóticos.