La Comisión Europea presentó ayer la base que servirá para reformar el sistema de asilo europeo y repartir de manera más justa entre los países miembros a los refugiados, tras comprobar que las reglas actuales no funcionan porque descargan toda la presión en unos pocos Estados, como Grecia e Italia.

El Ejecutivo comunitario plantea, en una comunicación que se traducirá en propuesta legislativa antes del verano, dos opciones para modificar el llamado sistema de Dublín, según el cual el Estado miembro que debe encargarse de una demanda de asilo es aquel por el que primero entró el solicitante en la UE. El vicepresidente primero de la Comisión, Frans Timmermans, explicó que las dos opciones son, por un lado, mantener los criterios comunes que se utilizan en la actualidad y añadirles un "mecanismo de corrección" para casos de crisis, y, por otro, cambiar los criterios básicos para determinar qué Estado miembro es responsable de gestionar la demanda de asilo.

En este segundo caso, el nombre del país responsable de conceder el asilo se decidiría desde un principio y sobre la base de una clave de distribución, añadió Timmermans.

Fuentes comunitarias reconocieron que la opción más conservadora se parece mucho a lo que ya se usa en la actualidad y que no ha llegado a funcionar. Así lo prueba el fracaso del mecanismo de reubicación de 160.000 demandantes de asilo llegados a Grecia e Italia que acordó la UE en septiembre del año pasado. De esos 160.000 refugiados, solo han sido efectivamente reubicados un total de 1.111 inmigrantes.