La reforma laboral que persigue el primer ministro francés, el socialista Manuel Valls, empieza a verse contra las cuerdas a medida que la protesta social, protagonizada por sindicatos y estudiantes, crece en intensidad. La reforma, que Valls sostiene que no va a retirar ya que es "inteligente, audaz y necesaria", debe ser votada en el Parlamento el próximo mayo y está provocando la que ya se ha convertido en la mayor movilización popular contra la presidencia de François Hollande.

Ayer, en la cuarta de las jornadas nacionales convocadas contra la "ley El Khomri" -apellido de la ministra de Trabajo-, unas cien personas fueron detenidas, mientras que al menos trece agentes de policía resultaron heridos, según la prensa local. Lo fueron en choques con manifestantes que les lanzaron cócteles de gasolina, piedras y botes de pintura, a los que los agentes respondieron con gases lacrimógenos y cargas.

Los organizadores cifran en 1,2 millones el número de personas que protestaron en las calles de unas 230 ciudades francesas, mientras que las autoridades redujeron la cifra a 390.000. En todo caso, tanto unas estimaciones como otras duplican de largo el balance de la anterior jornada de lucha, que se celebró el pasado 9 de marzo y que había sido la mayor de las celebradas desde el inicio de la movilización en febrero.

Junto a las imágenes de enfrentamientos callejeros entre jóvenes y policías -los más duros se registraron en París, Rennes, Nantes, Toulouse y Grenoble-, los paros en los transportes y en los servicios públicos fueron los otros protagonistas del día.

La huelga afectó a los metros parisino, lyonés y marsellés, los ferrocarriles de cercanías, regionales y nacionales (incluida la Alta Velocidad), el transporte aéreo, la función pública, los hospitales, la eléctrica EDF, la prensa y monumentos emblemáticos como la Torre Eiffel. Numerosos institutos y universidades permanecieron bloqueados y en las carreteras se contabilizaron casi 500 kilómetros de atascos, el doble que en una jornada normal.

Las alteraciones en el transporte aéreo francés tuvieron repercusiones en España, donde 76 vuelos con diferentes destinos europeos fueron cancelados.

Los siete sindicatos convocantes de las protestas, entre los que se encuentran algunos de los principales de Francia (CGT, FO, el estudiantil UNEF) consideran que la reforma laboral es una "suma de regresiones históricas" porque "facilita el despido", permite revisar las regulaciones del tiempo de trabajo para ampliar los horarios e invierte la jerarquía de las normas hasta ahora establecidas al dar primacía a los acuerdos alcanzados en las empresas sobre los convenios colectivos de los sectores.