El Ejército sirio entró ayer en la ciudad de Palmira, donde se enfrenta al grupo terrorista Estado Islámico (EI) en medio de una gran ofensiva para arrebatar el control de esta población monumental a los radicales. El gobernador de la provincia central de Homs, Talal al Barazi, dijo a "Efe" por teléfono que los soldados irrumpieron en barrios del sur de la localidad desde donde tratan de avanzar hacia el centro. "Si Dios quiere, mañana o el sábado podremos anunciar que Palmira es una ciudad liberada", anunció el gobernador de Homs. Situada en un oasis, Palmira fue en el pasado uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria. Desde que tomaron su control, los extremistas del Estado Islámico han dinamitado tres emblemáticas torres funerarias del siglo I d. C., además del templo de Bel, el templete de Bal Shamin y el arco del triunfo.