La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump amplían su ventaja en la pugna por hacerse con la candidatura de sus partidos a la Casa Blanca. En el llamado "martes occidental", dado que las votaciones se celebraron en estados del Oeste, Trump y Clinton vencieron con rotundidad en Arizona, el más decisivo de la jornada electoral por el gran número de delegados en liza.

El magnate se adjudicó los 58 delegados de su partido en Arizona, donde derrotó al senador Ted Cruz y al gobernador John Kasich, por lo que cuenta con 738 de los 1.237 necesarios para lograr la candidatura.

En ese estado, fronterizo con México, Trump partía como favorito con su dura política contra la inmigración ilegal.

Clinton también triunfó en Arizona, donde se llevó la gran mayoría de los 78 delegados en disputa frente al senador por Vermont, Bernie Sanders, y ya acumula 1.214 de los 2.383 que le hacen falta.

Sin embargo, Trump y Clinton encajaron también derrotas, un escollo que ralentiza su conquista de la nominación.

Cruz, popular entre los republicanos evangélicos y ultraconservadores, se impuso al magnate en Utah, estado con una numerosa población mormona, en el que se hizo con los 40 delegados en liza.

Poco después de su victoria en Utah, el senador por Texas recibió el apoyo a su campaña del exgobernador de Florida Jeb Bush, quien hace un mes abandonó la contienda republicana tras un estrepitoso fracaso en las primarias.

El anuncio de Bush representa un espaldarazo del aparato republicano a Cruz, un extremista convertido de repente en el antídoto del aparato para frenar al multimillonario, que molesta a la dirección con su discurso xenófobo trufado de insultos.

Clinton tuvo que digerir el sabor de la derrota, después de ceder ante Sanders en Utah y Idaho, estado éste en el que sólo votaron los demócratas.