La demócrata Clinton y el republicano Trump se confirmaron el martes como los grandes favoritos para la nominación presidencial tras imponerse con claridad en una jornada en la que se disputaban cinco importantes plazas: Florida, Carolina del Norte, Misuri, Ohio e Illinois. En Florida, Donald Trump se deshizo con claridad (45,7% a 27%) del senador Marco Rubio, el candidato del aparato republicano, que tras la derrota anunció su retirada de la campaña.

Trump se apuntó los 99 delegados de Florida -a partir de ahora empieza a generalizarse que "el ganador se lo lleva todo"- y les sumó otro centenar gracias a sus victorias en Carolina del Norte, Illinois y Misuri. En Carolina del Norte ganó por 40,2% a 36,8% al senador texano Ted Cruz, mientras que en Illinois amplió esa ventaja hasta un 38,8% a 30,3%. Sin embargo, Misuri se le reveló coriáceo: solo adelantó a Cruz por 1.700 votos (40,9% a 40,7%).

Con quien no pudo Trump fue con el gobernador de Ohio, John Kasich, que le vapuleó en su feudo por 46,8% a 35,6% y le privó de 66 escaños que, al final, pueden ser preciosos. Porque el único obstáculo con el que Trump podría encontrarse en el futuro es llegar primero a la convención de julio pero sin la cifra mágica de 1.237 delegados. Eso provocaría una convención abierta y daría al aparato la posibilidad de maniobrar para impedir su nominación.

Trump lo sabe y ayer mismo, a la vez que celebraba sus buenos resultados, lanzó a la cúpula republicana un mensaje claro: la carrera está "cerrada", porque, aseguró, nadie va a quitarle su primer puesto. Quedarse "cien delegados por debajo" de la mayoría, añadió, "no tendría importancia". Por si el aparato del Viejo Gran Partido no coincidiera en restar importancia a la mayoría absoluta, Trump lanzó una amenaza: si no es nombrado, habrá "disturbios", habrá "problemas que nunca se han visto y pasarían cosas malas".

La advertencia llega después de los choques de la pasada semana en Chicago entre partidarios de Trump y del izquierdista Bernie Sanders. Estos enfrentamientos se han reproducido desde entonces en otros actos y están dando a la campaña un ribete de violencia poco habitual en EE UU.

Mientras, en el bando demócrata, Clinton ganó las cinco elecciones y se dio un atracón de Sanders en tres de ellas. La ex primera dama arrasó en Florida (64,4%), en Ohio (56,5%) y en Carolina del Norte (54,6%). Los Grandes Lagos se le resistieron más, ya que le costó hacerse con su natal Illinois (50,5% a 48,7%). En cuanto a Misuri, la pelea se decidió por apenas 1.500 votos y una diferencia de décimas (49,6% a 49,4%). En el total, Clinton va ganando la carrera a Sanders por 1.599 a 844 delegados.